Hace unos 23 años existía una reina que no podía tener hijos ella y el rey anhelaban con toda su alma tener un heredero. Los médicos de todo el reino buscaban la forma de ayudar a la reina pero todo era en vano ningún médico lograba hacer el milagro.
Un día la reina salió como todas las mañanas a su caminata y en el camino conoció a una plebeya embarazada la cual le platico su triste historia en la cual tristemente le confeso que en cuanto naciera su bebe lo tendría que tirar a la basura; la reina al escuchar aquella confesión le ofreció ayuda a aquella pobre mujer; y así fue la mujer dio a luz a un pequeño el cual la reina lo nombro el príncipe Juan Domingo haciendo alusión a que el pequeñín había visto su primera luz un día domingo, la reina estaba muy feliz y el rey por igual los familiares de los reyes llegaron a conocer al nuevo miembro de la familia, los regalos llegaban y llegaban, la reina no daba crédito al amor con el cual toda su familia había recibido al pequeño.
El tiempo fue pasando los súbditos del reino también le entregaron bastantes obsequios al futuro heredero cuando le festejaron su primer año la reina noto algo raro pero no le dio la mayor importancia, los meses fueron siguiendo y a los seis meses después del magnífico festejo se dieron cuenta que el pequeño no emitía ningún sonido, los reyes se alarmaron tanto que mandaron a llamar a todos los médicos del reino que se hicieran presentes en el palacio pero ningún médico pudo encontrar el motivo por el cual no hacia sonido alguno, la reina estaba angustiadísima y ella comenzó la travesía más larga de su vida.
Salió del reino pidiéndole al rey con lágrimas en los ojos que fuera valiente y que ella volviera con su pequeño y con la cura para poder lograr que el pequeñín lograra hablar.
Y la reina comenzó su gran viaje en el cual buscaba una solución al problema del pequeño Domingo tanta era la angustia de la reina que su primera parada fue con una bruja la cual le pidió muchas monedas de oro y no logro hacer que el príncipe hablara; y así siguió la travesía de aquella mujer que daba todo hasta su vida por aquel pequeño que prometió ayudar desde que supo que estaría con ella.
El tiempo pasó y no encontró ningún médico que la ayudara y tuvo que regresar al reino; el rey le propuso a la reina que mandaran emisarios a los reinos más lejanos para saber si habría alguna esperanza.
Paso aproximadamente dos años desde que comenzó la angustia de los reyes, unos tíos del príncipe que venía de otro reino empezaron a organizar una gran fiesta pues pronto el pequeño cumpliría tres años.
Llego el día de la fiesta y todo fue alegría en el reino los familiares y amigos llegaron todos con alguna esperanza para el príncipe sin que nada diera resultado tristes pero sobretodo impotentes de tener tierras y reinos pero no tener una cura para el pequeño.
Un día a la hora de la comida llego un mensajero del cual nadie se acordaba y les conto a los reyes que llego a un pueblo del rey Nicolás tío de la reina Mireya donde había una escuela con niños parecidos al príncipe Domingo, la reina de inmediato mando a preparar un carruaje para ir al reino del rey Nicolás y si después de cuarenta días al fin llego y su tío le platico que unos maestros descubrieron que algunos niños no podían oír. Los médicos no pudieron hallar una solución pero algunos maestros lograron un modo para poder comunicarse con ellos, la reina estaba fascinada y ella les pidió a esos maestros que la instruyeran para lograr ayudar a su hijo.
El tiempo avanzo la reina siguió enseñando a su hijo; pero el príncipe quería seguir estudiando y la reina se angustio porque el príncipe era diferente.
Pero entro a la escuela que la reina había creado en su propio reino pero el príncipe quiso estudiar junto a los súbditos del reino en una escuela donde los niños oían y hablaban, la reina se esforzó para que Domingo pudiera integrarse con los demás jóvenes y todos los familiares de los reyes apoyaron al príncipe y así lograron que los demás lo trataran igual que a los otros jóvenes y decidió seguir estudiando, conoció a una joven que era igual a él con su mismo problema pero logro superarse y se casaron; ahora son papas de la pequeña Rubí y están esperando a otro bebe y con el apoyo de la reina Mireya hasta el día de hoy viven felices y esperamos que sea para siempre.
Por cierto la pequeña Rubí no tiene ningún problema auditivo.